Hoy, después de mucho tiempo, ha soñado, y lo ha hecho con él, no con el que se fue sino con el que vino, ese que le regaló la sonrisa y el brillo en la mirada. Pero al despertar sólo ha podido recordarlo a medias.
Leía su blog, que tanto y tan poco le dejaba ver de él, esta vez había una carta, era para ella. Era extraño, estaba escrita con gracia argentina, el soniquete gaucho era agradable. Sin embargo, no recordaba que ponía, aunque podía asegurar que hablaba de ella, de fondo se oía Candombe Apertura de Dusminguet.
Ojalá pronto escriba...
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